En los últimos años hemos asistido a un boom del sector estético, cada vez más personas desean cumplir sus sueños y someterse a tratamientos e intervenciones estéticas, en todos las capas de la población ha calado la necesidad de cuidarnos y de estar siempre guapos y guapas, pero uno de los sectores que destaca con fuerza en este despegue y consolidación estética es la tercera edad y es que la belleza no entiende de edades.
Avances científicos, médicos y sociales
Uno de los factores que sin duda a contribuido a este aumento espectacular en personas de la tercera edad que deciden someterse a una intervención o tratamiento estético sin duda es el aumento de la esperanza de vida, esto conjugado con una vida cada vez más activa hasta más avanzada edad y con una mayor calidad de vida en general han sido factores clave en este sorprendente fenómeno.
Todos tenemos como objetivo vital ser felices, gustar y ser gustados, mirar y que nos miren, en definitiva sentirnos bien con nosotros mismos y el mundo que nos rodea y las personas mayores no iban a ser menos, al contrario, las personas mayores cada vez más demandan servicios que les permitan gritar al mundo que a pesar de los años, que a pesar del inescrutable avance de la vejez aun les queda mucho por dar y ofrecer, mucho por recibir, mucho tiempo por estar bien con ellos mismos y con todo su alrededor. Atrás quedan aquellos mayores de antaño que se encerraban en casa a esperar los últimos años de sus vidas, a cuidar de sus nietos renunciando a todo lo demás, hoy la vida y las obligaciones personales y familiares se complementan perfectamente con la actividad personal y con el cuidado personal, hoy más que nunca los mayores son parte integrante de la sociedad y no objetos destinados al retiro, hoy más que nunca las personas mayores están llenas de vitalidad y hoy más que nunca la medicina estética está al servicio de los mayores.
Influencias sociales
Y no solo por los avances en la calidad y esperanza de vida han aumentado al doble porcentualmente en los últimos años las personas de más de 60 años que se someten a estos tratamientos, evidentemente y como hemos mencionado si además de un avance medico y científico no hubiese influido un cambio social, un cambio de mentalidad, en definitiva un cambio de rol en las personas mayores en lo que respecta a como les ve y que hacen en sociedad este auge no habría sido posible.