Antiguamente existía la creencia de que cuando uno se quería someter a un tratamiento médico fuera el que fuera, ya sea de medicina general, tratamientos específicos o tratamientos quirúrgicos estéticos acudir a profesionales de otros países era la mejor opción, hoy en día eso ya no es así.
En los últimos años como en otros muchos ámbitos nuestro país ha avanzado posicionados a la delantera o como mínimo a la par de los países más desarrollados y siendo incluso líder o pionero en muchos ámbitos y el de los tratamientos estéticos, quirúrgico estéticos o capilares son unos de ellos, pues además de que la tecnología ha evolucionado hasta puntos insospechados hace tan solo una década la nueva hornada de profesionales altamente preparada conjugada con la experiencia de los predecesores hacen de nuestros equipos médicos uno de los mejores del mundo.
La evidencia más clara de todo ello es el auge y la profesionalización que ha tenido este sector es nuestros lares y el prestigio que ha alcanzado, siendo ya no solo las personas nacionales las que se someten cada vez más de una forma segura y responsable a dichos tratamientos si no que nuestro país recibe anualmente miles de usuarios extranjeros que confían en los profesionales y la tecnología que podemos ofrecerles para ponerse en nuestras manos en los que a sus tratamientos se refiere.
Otro tema y este seria a la inversa y fruto de la globalización seria también el que se está produciendo al revés, es decir muchos usuarios españoles que ahora deciden someterse a dichos tratamientos en países básicamente sudamericanos especialmente atraídos por el precio, evidentemente es una opción legítima y respetable y nuestros compañeros de ese hemisferio gozan también de una buena reputación, pero el que suscribe no es partidario como norma general de este “éxodo” que casi se ha convertido en un turismo estético en sí mismo solo con el objetivo de conseguir un mejor precio.
Probablemente evidentemente el precio será relativamente más ventajoso en ese “turismo estético” y la calidad puede ser buena, pero además de tener que sumar al tratamiento en sí mismo los costes asociados a ese éxodo, hemos de tener presente unos factores que consideramos clave: Primero la regulación europea al respecto garantiza un servicio óptimo al usuario y no es siempre así en otros países, lo que ya de por sí mismo le da mayores garantías y segundo tendremos que tener presente el pos tratamiento que evidentemente no será el mismo realizar un seguimiento desde aquí o desde allí, sin mencionar las posibles complicaciones que pudieran surgir.
Desde aquí no apostamos ni criticamos ninguna opción solo deseamos que usted una vez analice los pros o contras tome la decisión más adecuada a su caso.